lunes, 9 de junio de 2008

Frío


El frió me congelaba la punta de la nariz, me secaba los labios. Mi cabeza explotaba de tanto pensarte. Soplaba el viento y hacia un ruido muy particular, una especie de silbido. No había abrigo que aguantara esa helada. Yo seguia ahí esperando no se que y viendo como todo mi alrededor se helaba también. Note lo importante que era sentirte cerca.
Trataba de pensar en otra cosa para poder soportar ese clima, pero era imposible, quedaba poco tiempo y me estaba congelando. No quería terminar como esa gente, con la mirada perdida y triste en ese frió inaguantable. Hacia lo posible por mantener el calor, pero las personas no ayudaban, todos lo contrario, me quitaban la ropa. De a poco el frió se intensificaba y me vi congelada y muerta de frió. De repente el mundo se quedo quieto, y el frió seso. Gracias por abrirme la puerta.
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