miércoles, 23 de junio de 2010

Diario de viaje 2

No estaba lleno, pudo sentarse. Sacó textos de Comunicación y comenzó a leer, fijó su atención en eso hasta que una pareja comenzó a discutir. Se reclamaban infidelidades, gritaban, todo el mundo los miraba. Intentó seguir leyendo pero no pudo, todos tenemos un poco de morbo, las discusiones al igual que las peleas callejeras y los accidentes de transito siempre, pero siempre captan nuestra atención, no importa lo que estábamos haciendo, frenamos todo solo para ver. Finalmente descendieron del colectivo, y cuando creyó que podía seguir con sus apuntes otra situación la distrajo: una manifestación. No podía ver nada ya que el colectivo cambió su recorrido, pero escuchaba los bombos, los cantos, suponía que habrían cortado la calle Piedras. Imaginó banderas, caras tapadas, gritos y reclamos, seguía sin poder ver nada. Cuando el transito se normalizo volvió a pensar en él, cada vez faltaba menos.
Eran las 13:28 y estaba a 20 cuadras, después de tantas distracciones: bebes llorando, mensajes de texto tiernos, discusiones y manifestaciones pudo, por fin y aunque solo por unos minutos, fijar su atención en los libros, leyó a Marcuse, a Mill e intentó relacionar todo lo que decían pero fue imposible, continuamente viajaba a los lugares que consideraba más hermosos: sus brazos, su boca, tardes y tardes de mate y charla, noches llenas de silencios, situaciones que realmente no importaban ya que lo único que quería era estar con él. Recordaba su primer beso, el primer “te quiero”, las primeras salidas.
Estaba por llegar y ya no aguantaba más, estaba exactamente a 5 cuadras, al 2800 de la calle Iriarte. Pasó por el kiosco en donde él siempre le compraba golosinas, por la florería que llevó ese ramo gigante que él le regaló para su primer mes. “Estoy llegando” le dijo a través de un mensaje de texto y se paró junto a la puerta. Toco timbre y cuando el colectivo frenó, bajó. Caminó por Iriarte y cruzó la calle Magaldi y ahí lo vio, parado, lindo, sonriente. Se acercó, lo besó y le dijo: “Hola mi amor, no sabes lo que fue el viaje”.

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